Cuando luchamos para que las pequeñas y las grandes tristezas que nos acechan no se conviertan en un presente constante que nos nubla la mirada y nos achica el corazón, recurrimos usualmente a las lágrimas que no son otra cosa que tristezas en estado líquido que se expulsan por lo ojos. En otros casos nos construimos en el alma un cuartito secreto repleto de tristezas y al que acudimos a veces voluntariamente para sentirnos un poco solos y un poco vivos, porque las tristezas son manojos de sentimientos que en cierto momento nos permitieron hacernos un poco más humanos, un poco más sensibles y un poco más miedosos. Una tristeza no nos hace valientes, una tristeza nos insinúa con diplomacia lo débiles que podemos llegar a ser, lo vulnerable que se presenta nuestro corazón ante un hecho doloroso e irremediable como la muerte, lo implacable que es la realidad y lo desastrosos que pueden verse sus encantos cuando no llevamos puestos los cristales de la mentira. Cuando pienso en mis...
Definir LITERATURA se me hace difícil y sin embargo me arriesgo a ESCRIBIR y así me someto a la crítica y a la lectura. La letra late.
Tremendamente original y la promesa de juntar los dos ombligos mmmmmmm, suena bien.
ResponderBorrarBesos
Gracias María, sobre todo por ser la primera en comentar y hacerme saber que mi blog literario no fue olvidado ;)
ResponderBorrarUn abrazo,
Ana Rosa
interesante, pero me hubiera gustado mas leer este post en el pupu de la semana, muy bonito, un saludo querida :)
ResponderBorrarVaya, Camarada, ahora sí que me dejaste curiosas, qué es el pupu de la semana?
ResponderBorrarSaludos,
Ana Rosa
Excelente conspiración, excelente texto Ana Rosa..
ResponderBorrarEs verdad, ¿qué será el pupu? Me da miedito...
Besos.
Humberto.
Querido Humberto:
ResponderBorrarGracias por tu visita y sobre todo tu comentario-apreciación. Un abrazo grande.
Ana Rosa
ante estos seres inanimados a una sólo le queda guiñarle un ojo y presentarle tremenda sonrisa... en una de esas se despereza!
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