Conmovida día a día por el milagro de vivir, abrir los ojos y extender en mi rostro una sonrisa; agradecer cada minuto inmenso y al mismo tiempo fugaz. Pensar, decir y sentir... Es un fueguito lo que me arde en medio del alma, una luminosa llama en la que busco cobijo cuando me bañan las lágrimas. Un fueguito cada abrazo que recibo, cada caricia. Me sumo dichosa a los eternos buscadores del amor, a los que no renuncian a la felicidad de una vida compartida, de aprendizajes y enseñanzas. Quiero poder mirarme en los ojos de mi pareja, perderme sin recato entre sus brazos, quedarme dormida en medio de sus susurros y acompañarlo siempre en los caminos inciertos que nos esconde a todos esta vida. En vida, Ana Rosa
Definir LITERATURA se me hace difícil y sin embargo me arriesgo a ESCRIBIR y así me someto a la crítica y a la lectura. La letra late.