La ciudad comparece, no porque estés ausente, sino porque te robas los escondites que nadie encuentra. Son tus rehenes todas las horas que no te he visto, me has secuestrado la calma, la parsimoniosa tarea de observar las calles sin mayor interés científico Ahora cada vistazo escudriña a fondo las veredas, las columnas poderosas que sostienen los edificios que le dan sombra a la ciudad Viendo y reviendo descubro en las pupilas ajenas las miradas que un día creí tuyas ¿En qué momento se hizo tan descomunal esta ciudad y tan insignificante mi presencia?
Definir LITERATURA se me hace difícil y sin embargo me arriesgo a ESCRIBIR y así me someto a la crítica y a la lectura. La letra late.