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Mostrando las entradas de julio, 2011

Tiempo, lugar y sentido

                        Un cielo rasgado de noche                    y una noche rasgada de misterio.                         Pensamientos gitanos,          sueños gitanos que agitan las panderetas del dolor.                   Sentimientos teñidos de confusión.                    Sentimientos que chorrean miedo.                          Sería mejor girar...                    girar y girar hasta desaparecer                    o girar y girar hasta reaparecer                       reaparecer en otro tiempo,                             en otro lugar                          y con otro sentido.

La Paz de los 200 + 2 (Reloaded)

Sol de julio, frío de invierno. Se despereza La Paz que nunca duerme, la ciudad viviente… Fluye el Choqueyapu a lo largo de tus entrañas de cemento, esa tu escondida aorta vital que tanto te da vida como te contamina y de a poquito te mata. Te vigila milenario y celoso el Illimani desde su blanca soledad. A 200 años + 2 de tu revolución... te festejan y te honran, cuando la paradoja de tu nombre es revolución misma y el contraste de tu esencia, la magia citadina de tus días y de tus noches. Sol de julio, frío de invierno. Los borrachitos de la Perez amanecen arropados de chaqui , perfumados de tufo y de vómito… congelados. Las caseritas del Lanza preparan las ollas, el calor de los caldos, las llauchas , el plato paceño, la infaltable llajua . Las marraquetas doradas madrugan en las tienditas de barrio con su olor a caliente y su crujiente coraza. Los voceadores de minibús comienzan su co tidiana letanía de nombrarte, La Paz; de armarte y desarmarte, rompecabezas

¡Buen día Tristeza!

La tristeza es un misterio insondable, un desatino del alma que a veces busca en el desánimo una forma de descansar de las alegrías, del esfuerzo diario de sentirnos bien, queridos, aceptados, reconocidos. Sucede que la tristeza es también una dama bastante terca, una matrona de voraces fauces cuyo peso se asienta en el pecho cual si se tratase de una roca tremenda. Exorcismos a la tristeza conozco pocos y los pocos que conozco no dan la talla cuando la señora está decidida a quedarse. Suspiro tras suspiro se exhalan de a poquito sus humores, pero nada que se va, nada la espanta ni la alude. Ni los rayos del sol que se cuelan por mis pestañas ni mi gaveta de sonrisas cuya llave está extraviada. Allí sigue, tejiendo su agujero, esparciéndose y poniéndose tan cómoda… abusiva, necia, opresora.  No puedo ahogarla en una taza de café ni fumigarla con el humo de un cigarro… porque no tomo café ni fumo cigarros y el único escape furtivo que  me queda… se está deslizando ahora mismo a través d

101

Niña Frida: ¡Cómo se escuchan los poderosos gritos que emanan tus pulmones mestizos! Wilhelm te dio el apellido y Matilde la luz del mundo, este mundo al que viniste tan colmada de muerte y sin embargo tan resuelta a ser feliz y revolucionaria a tu extraordinaria manera. ¡Feliz cumpleaños Frida! Felices todos los años que traspasaste asentando las huellas de tus manos en tus lienzos y en tus autorretratos; las huellas de tus pies, incluso la de aquel que años más tarde se rebeló y se mandó a jalar con una amputación de por medio. ¿Para qué habrías de necesitar tus piernas si lo que tú sabías, hermosísima paloma, era volar? Y volaste, así como volaba el ave oscura que te rodeaba los ojos, la mirada tenaz y guarda-lágrimas que siempre fuiste capaz de enjugar en cada una de tus pinceladas.  Si apelo a tu voluntad, me uno a tu ranchero festejo de los 101 años que habrías cumplido este 6 de julio. Porque tú naciste, Frida, el año de la revolución de tu México lindo y querido, en 1910. ¡