La tristeza es un misterio insondable, un desatino del alma que a veces busca en el desánimo una forma de descansar de las alegrías, del esfuerzo diario de sentirnos bien, queridos, aceptados, reconocidos. Sucede que la tristeza es también una dama bastante terca, una matrona de voraces fauces cuyo peso se asienta en el pecho cual si se tratase de una roca tremenda. Exorcismos a la tristeza conozco pocos y los pocos que conozco no dan la talla cuando la señora está decidida a quedarse. Suspiro tras suspiro se exhalan de a poquito sus humores, pero nada que se va, nada la espanta ni la alude. Ni los rayos del sol que se cuelan por mis pestañas ni mi gaveta de sonrisas cuya llave está extraviada. Allí sigue, tejiendo su agujero, esparciéndose y poniéndose tan cómoda… abusiva, necia, opresora. No puedo ahogarla en una taza de café ni fumigarla con el humo de un cigarro… porque no tomo café ni fumo cigarros y el único escape furtivo que me queda… se está deslizando ahora mismo a través de mis manos.
Cuando luchamos para que las pequeñas y las grandes tristezas que nos acechan no se conviertan en un presente constante que nos nubla la mirada y nos achica el corazón, recurrimos usualmente a las lágrimas que no son otra cosa que tristezas en estado líquido que se expulsan por lo ojos. En otros casos nos construimos en el alma un cuartito secreto repleto de tristezas y al que acudimos a veces voluntariamente para sentirnos un poco solos y un poco vivos, porque las tristezas son manojos de sentimientos que en cierto momento nos permitieron hacernos un poco más humanos, un poco más sensibles y un poco más miedosos. Una tristeza no nos hace valientes, una tristeza nos insinúa con diplomacia lo débiles que podemos llegar a ser, lo vulnerable que se presenta nuestro corazón ante un hecho doloroso e irremediable como la muerte, lo implacable que es la realidad y lo desastrosos que pueden verse sus encantos cuando no llevamos puestos los cristales de la mentira. Cuando pienso en mis...
Contra ella sólo cabe luchar, sacar fuerzas de donde parece que no hay y decirle, primero bajito porque no te deja gritar, poco a poco cada vez más fuerte que se marche, que es una invitada indeseable en tu vida.
ResponderBorrarÁnimo, guapa, verás como termina marchándose.
Besos
Bonjour Tristesse...
ResponderBorrarBeso
Guten Morgen Traurigkeit! ;)
ResponderBorrarGracias por pasar y acompanar esta Tristeza :)
Un abrazo a ambas,
Ana Rosa