Ir al contenido principal

Verídico



No descansa. Parapetada en su puesto enfrente del banco, espera a los primeros compradores de la mañana. Mientras piensa en sus hijos y en cómo mantenerlos cada día, el guardia del frente desajusta el revólver de su cintura y la mala hora hace que una bala fugitiva encuentre en el pecho de Yolanda su morada final. La caserita ya no está, yace en coma, la tienda cerrada. No puede ni pensar.

Comentarios

  1. hola ana rosa un placer para mi que me visites,
    me encanta la poesía y seguro que a ti también seguiré tus escritos, te deseo un feliz fin de semana un beso taliá.

    ResponderBorrar
  2. Hola Taliá:
    Me gustó tu blog y me alegra que te haya gustado mi lugar.
    Un abrazo,
    Ana Rosa

    ResponderBorrar
  3. Hola, me gusta escudriñar el pensamiento de los ciudadanos del mundo y de lo que acontece en su alrededor. Qué pena por Yolanda, así son los accidentes. Una vez en Cuba, en mi época de estudiante, escuché de amigos una tragedia. Dos militares en cambio de guardia solemne, bien ataviados y elegantes, movían sus rifles a manera de 'malabares' y se soltó un tiro que mató a uno. Por eso prefiero no tener armas en casa. Saludos desde Panamá.

    ResponderBorrar
  4. Hola:
    Historias como estas se repiten a diario desgraciadamente. Me alegro que te dieras una vuelta por aquí y que te quedaras.
    Un abrazo,
    Ana Rosa

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Ensayo breve sobre la tristeza

Cuando luchamos para que las pequeñas y las grandes tristezas que nos acechan no se conviertan en un presente constante que nos nubla la mirada y nos achica el corazón, recurrimos usualmente a las lágrimas que no son otra cosa que tristezas en estado líquido que se expulsan por lo ojos. En otros casos nos construimos en el alma un cuartito secreto repleto de tristezas y al que acudimos a veces voluntariamente para sentirnos un poco solos y un poco vivos, porque las tristezas son manojos de sentimientos que en cierto momento nos permitieron hacernos un poco más humanos, un poco más sensibles y un poco más miedosos. Una tristeza no nos hace valientes, una tristeza nos insinúa con diplomacia lo débiles que podemos llegar a ser, lo vulnerable que se presenta nuestro corazón ante un hecho doloroso e irremediable como la muerte, lo implacable que es la realidad y lo desastrosos que pueden verse sus encantos cuando no llevamos puestos los cristales de la mentira. Cuando pienso en mis...

Palabras sueltas II

Elefante gris La vida es un elefante , la muerte , un cazador. El tiempo es una trampa incierta la verdad . Gris es el futuro , habilidosa la puntería . Inesperados los sucesos, sin esperanza el precipicio . Círculo Buscar, encontrar, perder... el amor sufrir, disfrutar, dejar... la vida Soñar, odiar, suceder... el destino amar, vivir, esperar... el vacío Esperanza Una esperanza pequeñita se despierta ya no se esconde más . Quiere hacerse grande y valiente, hasta que la sombra se termine de marchar. Grauer Elefant Ein Elefant ist das Leben, ein Jäger, der Tod. Die Zeit ist eine Falle, die Wahrheit, ungewiss. Grau ist die Zukunft, das Zielen, geschickt. Unerwartet ist das Geschehen, ausweglos, die Kluft. Kreis Gesucht, gefunden, verloren… die Liebe Gelitten, genossen, gelassen… das Leben Geträumt, gehasst, geschehen… das Schicksal Geliebt, gelebt, gewartet… die Leere Hoffnung Eine kleine Hoffnung wa...

Das Geschenk

  Die Festtage näherten sich mit beeindruckender Geschwindigkeit und der Gedanke an die Bescherung am Weihnachtsabend machte Manuel nervös. Wie jedes Jahr fehlte es ihm an Ideen für ein Geschenk für seine Frau. „Wie schwierig es ist, etwas auszusuchen!“, murmelte er. Wenn er darüber nachdachte, was Alicia vielleicht gerne hätte, verwandelte sich sein Kopf in einen dunklen leeren Raum. An dem Adventskalender, den ihre Kinder ihnen in diesem Jahr geschenkt hatten, war bereits die Hälfte der Türchen geöffnet. Jedes Mal, wenn Manuel eine kleine Schokoladenfigur herausnahm, kam ihm das verflixte Geschenk wieder in den Sinn. Eines Nachts war es besonders schlimm. In einem Alptraum wurde er von einem riesigen Geschenk verfolgt, das ihn vernichten wollte. Der arme Mann wachte schweißgebadet und aufgewühlt auf. Er nahm einen Schluck Wasser und drehte sich um, um seine Frau anzusehen. Alicia schlief wie ein Baby, sorglos und ruhig. „Ich bin sicher, dass sie mein Geschenk schon gekauf...