Puedo entender que quieras estar sola,
que busques la excusa que te aleje,
que quieras pintarte de invisible con tu crayola,
con tal de que tu aire se despeje.
Pero me niego a contemplarte deshabitada.
Sin tener una esperanza amarrada.
Vacía como una mañana envenenada.
Lo que era ya no es. Ni será.
Pero todavía hay motivos para no gangrenar.
En cada minuto se esconde una razón para continuar.
Apelo a mi memoria,
A cada rebanada de nuestra historia.
Recuerdo mi tristeza interrumpida
con tu rotunda alegría;
con tus ocurrencias de estampida.
No importa lo que hagas o el lugar en el que te
escondas,
para explorarte apelo a mi sinrazón
a tu silueta hecha de vértigos y de ondas
a los más ceñidos egoísmos de mi corazón.
Y repito: Lo que era ya no es. Ni será.
Pero jamás se irá.
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Consigna: Para el ejercicio de poesía de hoy, el poeta argentino Ezequiel Zaidenwerg propone crear un poema con rima donde la rima no esté usada de manera irónica o paródica.
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