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Mostrando las entradas de 2021

Das Geschenk

  Die Festtage näherten sich mit beeindruckender Geschwindigkeit und der Gedanke an die Bescherung am Weihnachtsabend machte Manuel nervös. Wie jedes Jahr fehlte es ihm an Ideen für ein Geschenk für seine Frau. „Wie schwierig es ist, etwas auszusuchen!“, murmelte er. Wenn er darüber nachdachte, was Alicia vielleicht gerne hätte, verwandelte sich sein Kopf in einen dunklen leeren Raum. An dem Adventskalender, den ihre Kinder ihnen in diesem Jahr geschenkt hatten, war bereits die Hälfte der Türchen geöffnet. Jedes Mal, wenn Manuel eine kleine Schokoladenfigur herausnahm, kam ihm das verflixte Geschenk wieder in den Sinn. Eines Nachts war es besonders schlimm. In einem Alptraum wurde er von einem riesigen Geschenk verfolgt, das ihn vernichten wollte. Der arme Mann wachte schweißgebadet und aufgewühlt auf. Er nahm einen Schluck Wasser und drehte sich um, um seine Frau anzusehen. Alicia schlief wie ein Baby, sorglos und ruhig. „Ich bin sicher, dass sie mein Geschenk schon gekauft ha

El regalo

Por Ana Rosa López Villegas Las fiestas de fin de año se acercaban a una velocidad impresionante. Tan solo pensar en la Nochbuena hacía que Manuel se sintiera ansioso. Como cada año, le faltaban ideas para el regalo que debía darle a su mujer. —¡Qué difícil es escoger algo! —decía y cuando pensaba en las cosas que a Alicia le gustaría recibir, su cabeza se convertía en una habitación vacía y oscura. El calendario de adviento que sus hijos les habían obsequiado aquel año tenía ya la mitad de las puertitas abiertas. Cada vez que Manuel tomaba el chocolatín del día que correspondía, volvía a su mente el bendito regalo. Una noche fue peor. En su pesadilla, Manuel era perseguido por un obsequio gigante que intentaba aniquilarlo. El pobre despertó sudoroso y agitado. Tomó un trago de agua y se volteó a ver a su mujer en la cama. Alicia dormía como un bebé, sin preocupaciones, tranquila. —Seguro ya tiene comprado mi regalo —murmuró y se tapó la cara con la almohada. Su desesperación i

20 años

El 21 de octubre del año 2001 salí de mi casa en Sopocachi (La Paz) con rumbo a Madrid, España. Han pasado 20 años desde entonces y lo primero que quiero hacer en esta fecha tan especial para mí es agradecerle a Papá Dios por el camino recorrido, por cada batalla y cada aprendizaje, por cada persona, piedra y rellano que puso en mi sendero y que quitó de él porque Su Sabiduría supera cualquier entendimiento humano. Mi plan era quedarme ocho meses en Madrid, el tiempo que duraba la beca que obtuve para hacer un máster en la Universidad Francisco de Vitoria. El plan de Dios sin embargo, era otro. Algunos meses antes de terminar de estudiar en España, mamá me llamó para avisarme que había obtenido otra beca, una para seguir estudios en Alemania, en la Universidad de Karlsruhe. Era un sueño hecho realidad. Con sentimientos encontrados terminé de estudiar en Madrid y en compañía de mamá viajé hasta Mannheim en Alemania. El nuevo plan era permanecer tres años en este país que me había llamad

Die Festliche Konkordie – Im Tanzsaal

Das Kleid war mir egal. Mir war es wichtig, die weißen Schuhe zu tragen, die von meiner Hochzeit. Ich habe sie in der letzten Ecke des Schranks gefunden. Sie waren noch in dem Seidenbeutel, in dem ich sie kaufte. Sie hatten die Farbe des Mondes an wolkenlosen Abenden. Ich habe mich sofort in sie verliebt, als ich sie sah, und habe sie über fünfzig Jahre lang behalten. Ich bin froh, dass ich keine Töchter habe, die sie hätten erben müssen.  Auf diesen Absätzen fing ich an, mit dir zu gehen, mein lieber Alter . Bevor ich aufbrach, schaute ich noch ein letztes Mal in den Spiegel. Ich bemalte meine Lippen mit dem weinroten Lippenstift, den mein Mann so sehr mochte. Ich holte mir die Einladung und beschloss, zu Fuß zu gehen. Es war lange her, dass ich in der Festlichen Konkordie – dem Tanzsaal gewesen war. Erinnerst du dich daran? Wir haben dort unsere goldene Hochzeit gefeiert, genau fünf Monate bevor du von uns gegangen bist. Das ist also die erste Party, auf die ich allein gehe, ohne

Las fiebres de la memoria

  No importa el siglo en el que nos encontremos ni la alcurnia o poca clase que poseamos, para despojarnos de nosotros mismos y construir de cero una nueva identidad tiene que habernos sucedido algo realmente tremendo, profundo y doloroso. Y no me refiero solamente a cambiarnos el nombre, sino también a ser capaces de construir una narrativa y un imaginario que nos convenzan a nosotros mismos de que somos otro, de que tenemos prohibido hablar de nuestro pasado y que estamos condenados a recordarlo en soledad y a no compartirlo nunca más. Con nadie. Esta capacidad tan cruel amputa también la posibilidad de poder confiar en otra persona, de sentirse seguro con ella. En otras palabras, convertirse en otro es una forma de esclavitud en la que solo el amor se entiende como libertad. Convertirse en otro significa morir y matar a nuestro yo primigenio y enterrar nuestro origen en vida.   Este es el trasfondo en el que transcurre esta novela histórica o historia novelada de mi fabulosa Gioco

La ronda de literatos

El 2010, un poco antes de volver a Bolivia (y sin saber que así sería) y después de casi diez años viviendo en Europa, me decidí a buscar un grupo de literatura o un taller de escritura creativa en el que pudiera compartir mis escritos con otras personas. Por entonces la vida transcurría de manera presencial, las ofertas digitales estaban alejadas de mi interés y no eran precisamente lo que yo quería. Un buen día encontré en internet la referencia de la Literatenrunde e.V., una asociación de literatos aficionados que se reunía cada dos semanas en el centro de la ciudad, en la Künstlerhaus de Karlsruhe, la casa de los artistas en español. Recuerdo que llamé por teléfono y anoté la fecha de la siguiente reunión, un martes a las 7 de la noche. Identificada la dirección a la que debía dirigirme, me di cuenta de que no quedaba lejos del lugar en el que vivía por esos años. Al primer encuentro al que asistí no sé bien si llegué en bicicleta o en tranvía, lo que nunca olvidaré es que para l

La nieve

  En Oruro, mi ciudad natal, no caía nieve con frecuencia. Por eso, cada vez que sucedía, era un acontecimiento especial y único. Tengo recuerdos entrañables de la plaza principal llena de jóvenes y niños jugando con bolas de nieve y de gente mayor disfrutando de un paisaje que muy pocas veces se veía. Era todo diversión y risas. Los tejados blancos y los árboles envejecidos duraban apenas lo que un día. Solo el frío se quedaba, fiel centinela de la tierra orureña. ❄️ En casa, una vez, mamá dejó caer la nieve en un recipiente y luego le puso leche condensada: el mejor helado de la vida. Así lo hacía también mi abuela con ella y todos sus hermanos cuando era chica. ❄️ La nevada que jamás olvidaré fue la que experimenté hace 24 años en el Salar de Uyuni, justo cuando pasábamos por el árbol de piedra. La blancura perpetua del salar se vio de pronto eclipsada por la de la nieve. No podía verse el suelo y los copos que caían del cielo parecían una lluvia de plumas

Diario de la nueva normalidad - Mis agendas

Era 1993 cuando utilicé una agenda por primera vez. Es un recuerdo nítido porque fue el año que comencé a estudiar en la universidad. Todavía puedo ver en mi memoria cómo era esa agenda, la textura de su tapa y los colores de los bolígrafos que utilizaba para anotar los exámenes y el esfuerzo que hacía en escribir una letra clara y redonda. Ese fue el inicio y no hubo vuelta atrás. Desde entonces, siempre en diciembre, me ocupo de buscar una agenda que me guste y esto, créanme, puede ser una tarea titánica. Al final de cuentas se trata de una compañera dispuesta para 365 días y si no reúne todo lo que me agrada, la búsqueda puede extenderse más de lo deseado. Eso o que me encuentre frente a la difícil tarea de tener que escoger solo una. Alguna vez me animé a tener dos, pero no, qué va, me fue imposible escindir mi cotidianidad en dos registros paralelos, no tenía sentido.   Después de haber escrito por años un diario personal, la agenda se convirtió en un excelente soporte para mi m