Se derrama una lágrima
de plomo que se estrella contra el cemento de la sordera y la traición de la
propia carne.
Se alzan las
faldas mudas de la valentía uterina, de los senos que manan coraje y decisión.
Se multiplican
las voces y se confunden con el trinar de los pájaros rebeldes que buscan
proteger su nido y la herencia de su canción.
De lejos miran
los señores de lengua larga y bota disfrazada, esconden las intenciones que la
oscuridad de sus actos termina por revelar.
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