Ir al contenido principal

Ocurrencias



I
Se me ocurre que puedo amarte
que te amo quizás,
que hoy te amo y te amé ayer
que te amé en otra vida
en la dimensión del silencio y la caricia

Se me ocurre que la vida es corta para tanto desengaño,
que podría olvidarte y comenzar cada instante una historia,
una nueva historia, una buena historia…
amar al que me ceda camino
olvidar al que me recuerda y sin embargo no camina


II
Ya no me llenan los besos de tu boca,
ya no el paseo dulce de tu lengua por mis labios,
ya no la frescura de tu aliento sobre mi rostro…
todavía espero la palabra, una sola,
un sentido que me demuestre que aún vives, que piensas
que me amas y me sientes,
que me reflexionas y cuestionas
y que no sólo me deseas

Ya no me alimentan tus caricias,
el roce salvaje de tus dedos en mi pecho,
ya no la lectura silenciosa de tus uñas entre mis piernas…

Es la hora de la espera,
y espero el abrazo que me proteja,
que me dé compañía en el tiempo de mi soledad
la mano que antes amante, me dé calor


III
He descubierto tantas cosas en mi vida…
descubrí que la lluvia de campo no es como la citadina.
Una cae apasionada sobre la hierba, sin tregua en la caricia;
la otra desciende furiosa y de prisa.

Descubrí que la primera es dulce
y metálica la segunda,
que la de campo deja huellas que perduran,
que la citadina se acumula entre el cemento y la fatiga.

Descubrí que toda lluvia es mensajera,
que la campesina es intempestiva
y calculadora la citadina,
que entre ambas se descubren y se aman,
que son de agua
de cielo,
misteriosas como necesarias 


IV
Me habrá tomado la delantera esa brisa que me anuncia tu llegada,
habrá pasado ya sin que yo la sienta en mis mejillas
Sin ella me es difícil descubrir tu morada,
el sitio en el que guardas para mí un pedazo de felicidad.

Brisa mensajera, se habrá perdido en el laberinto de la existencia,
quizás quien se ha perdido es quien te busca con tanto afán,
que te supone cerca y siempre lejos,
como se suponen los desconocidos peregrinos del mundo entero

Publicado en la Revista Boreales Nr. 1, Octubre 2010

Comentarios

  1. Hermosos los versos, especialmente me agrado: "Es la hora de la espera,
    y espero el abrazo que me proteja,
    que me dé compañía en el tiempo de mi soledad
    la mano que antes amante, me dé calor"... sublime.

    Un gran abrazo.

    ResponderBorrar
  2. Gracias Ana por pasarte por mi blog y dejarme un comentario, me he quedado un ratito para leerte y he descubierto que escribes muy bien. El poema genial. La entrada de Frida me ha encantado.Creo que tengo que venir más veces.


    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  3. Qué sorpresa tan maravillosa me han obsequiado esta mañana de invierno, gracias inmensas por sus comentarios y por darse una vueltita por aquí, siempre bienvenidos/as!!!
    Un beso,
    Ana Rosa

    ResponderBorrar
  4. Es un placer venir y quedarme, Ana Rosa. Tus palabras tienen fuego y los versos anteriores son deliciosos.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  5. Gracias Isabel, yo también me sentí a gusto con tus letras.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  6. Magnifico. Es un poema con mucho "cuerpo", con imágenes importantes. Y tiene una dulce manera de "contar" las cosas, el paso de la vida, el impacto de los sentimientos. "Ocurrencias", momentos, vivencias ...
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  7. Hola, Ana Rosa:

    Estupenda tu poesía, es un gusto leer cada uno de rus versos.

    Gracias por visitarme, felices fiestas navideñas.

    Abrazos.

    ResponderBorrar
  8. Muchas gracias por tu comentarios, Pilar, de verdad que me alegra muchísimo que te pases por aquí.

    Y a ti, Rafael, lo mismo, les deseo a ambos también una feliz navidad.

    Aquí un enlace, por si les interesara saber cómo he festejado las últimas nueve navidades de mi vida. http://decadadeautoexilio.blogspot.com/

    Un abrazo,

    Ana Rosa

    ResponderBorrar
  9. Hola Ana: Aunque no soy muy afecto a la poesía romántica como tal, creo que eso que le decían los poetas de Gesta Bárbara acerca de la sustancia poética y el sentido verdadero de los versos, es hacer sentir lo que se entiende y no hacer entender lo que se siente; si es así, me gustó mucho aunque como ya te dije, prefiero la poesía negra, apocalíptica, faúnica, erótica, depresiva y si es toda esa como algunos poemas de C. Mendizabal o J.C Orihuela, pues mejor!! jeje
    Saludos, gracias por visitar mi blog y enlazare el tuyo para seguirlo.
    Abrazos.
    Oscar Martínez. A. ElperroRabioso.

    ResponderBorrar
  10. Querido Perro con Rabia:
    Gracias por enlazarme!!!
    Un abrazo,
    Ana Rosa

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Ensayo breve sobre la tristeza

Cuando luchamos para que las pequeñas y las grandes tristezas que nos acechan no se conviertan en un presente constante que nos nubla la mirada y nos achica el corazón, recurrimos usualmente a las lágrimas que no son otra cosa que tristezas en estado líquido que se expulsan por lo ojos. En otros casos nos construimos en el alma un cuartito secreto repleto de tristezas y al que acudimos a veces voluntariamente para sentirnos un poco solos y un poco vivos, porque las tristezas son manojos de sentimientos que en cierto momento nos permitieron hacernos un poco más humanos, un poco más sensibles y un poco más miedosos. Una tristeza no nos hace valientes, una tristeza nos insinúa con diplomacia lo débiles que podemos llegar a ser, lo vulnerable que se presenta nuestro corazón ante un hecho doloroso e irremediable como la muerte, lo implacable que es la realidad y lo desastrosos que pueden verse sus encantos cuando no llevamos puestos los cristales de la mentira. Cuando pienso en mis...

Palabras sueltas II

Elefante gris La vida es un elefante , la muerte , un cazador. El tiempo es una trampa incierta la verdad . Gris es el futuro , habilidosa la puntería . Inesperados los sucesos, sin esperanza el precipicio . Círculo Buscar, encontrar, perder... el amor sufrir, disfrutar, dejar... la vida Soñar, odiar, suceder... el destino amar, vivir, esperar... el vacío Esperanza Una esperanza pequeñita se despierta ya no se esconde más . Quiere hacerse grande y valiente, hasta que la sombra se termine de marchar. Grauer Elefant Ein Elefant ist das Leben, ein Jäger, der Tod. Die Zeit ist eine Falle, die Wahrheit, ungewiss. Grau ist die Zukunft, das Zielen, geschickt. Unerwartet ist das Geschehen, ausweglos, die Kluft. Kreis Gesucht, gefunden, verloren… die Liebe Gelitten, genossen, gelassen… das Leben Geträumt, gehasst, geschehen… das Schicksal Geliebt, gelebt, gewartet… die Leere Hoffnung Eine kleine Hoffnung wa...

Carmelo y su carnaval

Esta es la historia de Carmelo, un ciudadano simple, un hombre común y corriente, trabajador y honrado como muchos de los que habitan este país. Carmelo estaba por cumplir los 50 años y soñaba con el día de su jubilación. A pesar de tener una familia numerosa había ahorrado algún dinerito para cumplir con otro sueño: participar bailando de diablo en la entrada del carnaval en Oruro, su ciudad natal. Añoraba su terruño cada día como si fuese el último y recordaba con tristeza la hora en la que tuvo que dejarlo para buscar mejores condiciones de vida en la La Paz. Aunque llevaba mucho tiempo viviendo como un paceño más, Carmelo volvía a su tierra todos los años para convertirse en un despojo alucinado de las deslumbrantes carnestolendas de por allá. Como muchos otros orureños, bolivianos y extranjeros, se embelesaba, se fundía con la maravillosa fiesta y sobre todo creía sin dudarlo en los milagros de la Virgen del Socavón, a cuya devoción se ofrecían las danzas y los coloridos atuendos...