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Wir und Frida - Nosotros y Frida

¿Saben dónde nació el padre de Frida Kahlo, Wilhelm Kahlo hace ya 150 años? En Pforzheim, una pequeña ciudad que queda muy cerca de El Pueblito (Söllingen). Con motivo de celebrar a tal personalidad, la  Oficina de Cultura de la ciudad de Pforzheim  está trabajando en un proyecto de arte, cultura y participación titulado  "WIR UND FRIDA"  (Nosotros y Frida). Nosotros -es decir, la gente de Pforzheim y todos los interesados en el arte y en Frida, la gran Frida Kahlo. Una parte del proyecto consistió en invitar al público a participar con textos u opiniones sobre Frida Kahlo. ¡Me puse manos a la obra! En octubre envié mi propuesta y en estos días, ¡cuatro meses después!, por fin puedo verla  publicada  en la página web del proyecto "WIR UND FRIDA"  😊, en la sección denominada "Frida inspiriert" (Frida inspira). Frida y yo El 2 de diciembre de 2019 migré por segunda vez a Alemania. Después de ocho largos y hermosos años en mi tierra natal, Bolivia, emprendí
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Das Geschenk

  Die Festtage näherten sich mit beeindruckender Geschwindigkeit und der Gedanke an die Bescherung am Weihnachtsabend machte Manuel nervös. Wie jedes Jahr fehlte es ihm an Ideen für ein Geschenk für seine Frau. „Wie schwierig es ist, etwas auszusuchen!“, murmelte er. Wenn er darüber nachdachte, was Alicia vielleicht gerne hätte, verwandelte sich sein Kopf in einen dunklen leeren Raum. An dem Adventskalender, den ihre Kinder ihnen in diesem Jahr geschenkt hatten, war bereits die Hälfte der Türchen geöffnet. Jedes Mal, wenn Manuel eine kleine Schokoladenfigur herausnahm, kam ihm das verflixte Geschenk wieder in den Sinn. Eines Nachts war es besonders schlimm. In einem Alptraum wurde er von einem riesigen Geschenk verfolgt, das ihn vernichten wollte. Der arme Mann wachte schweißgebadet und aufgewühlt auf. Er nahm einen Schluck Wasser und drehte sich um, um seine Frau anzusehen. Alicia schlief wie ein Baby, sorglos und ruhig. „Ich bin sicher, dass sie mein Geschenk schon gekauft ha

El regalo

Por Ana Rosa López Villegas Las fiestas de fin de año se acercaban a una velocidad impresionante. Tan solo pensar en la Nochbuena hacía que Manuel se sintiera ansioso. Como cada año, le faltaban ideas para el regalo que debía darle a su mujer. —¡Qué difícil es escoger algo! —decía y cuando pensaba en las cosas que a Alicia le gustaría recibir, su cabeza se convertía en una habitación vacía y oscura. El calendario de adviento que sus hijos les habían obsequiado aquel año tenía ya la mitad de las puertitas abiertas. Cada vez que Manuel tomaba el chocolatín del día que correspondía, volvía a su mente el bendito regalo. Una noche fue peor. En su pesadilla, Manuel era perseguido por un obsequio gigante que intentaba aniquilarlo. El pobre despertó sudoroso y agitado. Tomó un trago de agua y se volteó a ver a su mujer en la cama. Alicia dormía como un bebé, sin preocupaciones, tranquila. —Seguro ya tiene comprado mi regalo —murmuró y se tapó la cara con la almohada. Su desesperación i

20 años

El 21 de octubre del año 2001 salí de mi casa en Sopocachi (La Paz) con rumbo a Madrid, España. Han pasado 20 años desde entonces y lo primero que quiero hacer en esta fecha tan especial para mí es agradecerle a Papá Dios por el camino recorrido, por cada batalla y cada aprendizaje, por cada persona, piedra y rellano que puso en mi sendero y que quitó de él porque Su Sabiduría supera cualquier entendimiento humano. Mi plan era quedarme ocho meses en Madrid, el tiempo que duraba la beca que obtuve para hacer un máster en la Universidad Francisco de Vitoria. El plan de Dios sin embargo, era otro. Algunos meses antes de terminar de estudiar en España, mamá me llamó para avisarme que había obtenido otra beca, una para seguir estudios en Alemania, en la Universidad de Karlsruhe. Era un sueño hecho realidad. Con sentimientos encontrados terminé de estudiar en Madrid y en compañía de mamá viajé hasta Mannheim en Alemania. El nuevo plan era permanecer tres años en este país que me había llamad

Die Festliche Konkordie – Im Tanzsaal

Das Kleid war mir egal. Mir war es wichtig, die weißen Schuhe zu tragen, die von meiner Hochzeit. Ich habe sie in der letzten Ecke des Schranks gefunden. Sie waren noch in dem Seidenbeutel, in dem ich sie kaufte. Sie hatten die Farbe des Mondes an wolkenlosen Abenden. Ich habe mich sofort in sie verliebt, als ich sie sah, und habe sie über fünfzig Jahre lang behalten. Ich bin froh, dass ich keine Töchter habe, die sie hätten erben müssen.  Auf diesen Absätzen fing ich an, mit dir zu gehen, mein lieber Alter . Bevor ich aufbrach, schaute ich noch ein letztes Mal in den Spiegel. Ich bemalte meine Lippen mit dem weinroten Lippenstift, den mein Mann so sehr mochte. Ich holte mir die Einladung und beschloss, zu Fuß zu gehen. Es war lange her, dass ich in der Festlichen Konkordie – dem Tanzsaal gewesen war. Erinnerst du dich daran? Wir haben dort unsere goldene Hochzeit gefeiert, genau fünf Monate bevor du von uns gegangen bist. Das ist also die erste Party, auf die ich allein gehe, ohne

Las fiebres de la memoria

  No importa el siglo en el que nos encontremos ni la alcurnia o poca clase que poseamos, para despojarnos de nosotros mismos y construir de cero una nueva identidad tiene que habernos sucedido algo realmente tremendo, profundo y doloroso. Y no me refiero solamente a cambiarnos el nombre, sino también a ser capaces de construir una narrativa y un imaginario que nos convenzan a nosotros mismos de que somos otro, de que tenemos prohibido hablar de nuestro pasado y que estamos condenados a recordarlo en soledad y a no compartirlo nunca más. Con nadie. Esta capacidad tan cruel amputa también la posibilidad de poder confiar en otra persona, de sentirse seguro con ella. En otras palabras, convertirse en otro es una forma de esclavitud en la que solo el amor se entiende como libertad. Convertirse en otro significa morir y matar a nuestro yo primigenio y enterrar nuestro origen en vida.   Este es el trasfondo en el que transcurre esta novela histórica o historia novelada de mi fabulosa Gioco

La ronda de literatos

El 2010, un poco antes de volver a Bolivia (y sin saber que así sería) y después de casi diez años viviendo en Europa, me decidí a buscar un grupo de literatura o un taller de escritura creativa en el que pudiera compartir mis escritos con otras personas. Por entonces la vida transcurría de manera presencial, las ofertas digitales estaban alejadas de mi interés y no eran precisamente lo que yo quería. Un buen día encontré en internet la referencia de la Literatenrunde e.V., una asociación de literatos aficionados que se reunía cada dos semanas en el centro de la ciudad, en la Künstlerhaus de Karlsruhe, la casa de los artistas en español. Recuerdo que llamé por teléfono y anoté la fecha de la siguiente reunión, un martes a las 7 de la noche. Identificada la dirección a la que debía dirigirme, me di cuenta de que no quedaba lejos del lugar en el que vivía por esos años. Al primer encuentro al que asistí no sé bien si llegué en bicicleta o en tranvía, lo que nunca olvidaré es que para l